... algunas cosas desaparecieron casi por completo de la memoria y de mi inspiracion. Yo no tengo nada que declarar en contra de este lugar donde se me ha permitido vivir... es cierto que cada quien tiene lo que merece y que es culpable de las consecuencias de sus acciones, pero hazle entender eso a la razon que niega todo vinculo con la responsabilidad.
Yo he sembrado avidamente de cosechar lo que ingenuamente siembro, y a cada paso que doy me regalo a manos llenas... y le temo al karma, y le hullo al karma... y esque aqui no todos tienen permitido quebrarse.
En la despreocupada sonrisa que vez, en el chiste insipido y usado, en las tardes de canciones y la noches de insomnio, esta lo que nadie sabe, aunque crean saber.
Las multitudes se mueven como si fueran una sola persona dividida... la misma cabeza en todos los cuerpos.
... y yo con la mia tan simple como ni cres.
«Cuando rezamos hablamos con Dios, pero cuando leemos es Dios quien habla con nosotros» S. Agustín
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El ciclo
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