«Cuando rezamos hablamos con Dios, pero cuando leemos es Dios quien habla con nosotros» S. Agustín
martes, enero 02, 2018
Carta de despedida para Yordita!
Lo que no te dije pequeño amigo.
Querido Yordita, cuando me ofrecieron tenerte no estaba seguro de poder vivir contigo, porque no estaba en mi casa y porque todos los perros que venían a casa no terminaban muy bien, ademas de que pensaba siempre en que no te fueran a querer mucho, así que aun con mis dudas decidí que era momento de tenerte. Fui por ti a la casa de Alejandro, pague el precio que no era muy alto y te tuve en el departamento unos días, seguro te acordaras, todos te querían, porque fuiste hermoso desde pequeño.
Te compre tu cajita de huevo y te hice tu casita con puerta y todo, ademas te puse tus trapitos para que durmieras calientito, y te adaptaste muy bien. Por la mañana te abría la puerta que arañabas con tus manitas de cachorro y te subía a la cama para que siguieras durmiendo, pero ahora conmigo. Fueron bellos momentos que disfrute mucho, ya sentía que te quería, que te amaba como mi pequeño Yordita.
Luego te traje a casa, y todos te quisieron también, porque eras un cachorro juguetón, blanco y con una mancha en el ojo. El que rápido se encariño contigo fue mi papá, te consentía demasiado, te quería con ese amor paternal que no mostraba con facilidad y sencillez.
Me acompañaste en varias aventuras y tu compañía siempre fue agradable, realmente te he extrañado, pero se que estas paseando traviesamente entre las nubes del cielo de perros, porque debe haber uno.
Una noche antes de que te fueras te vi echado muy tranquilo, a diferencia de otros días cuando te hablaba y me despedías dándome las buenas noches tocando tu nariz con la mía. Ambos sabíamos que era la hora de dormir. Pero esa noche te dormiste para ya no despertar, realmente no se que te sucedió, que te paso para que te fueras así. Sin aviso previo me hablaron y me dijeron que estabas muerto, mi madre y mi hermano con cara de desconcierto me dieron la noticia para empezar el día, no me dio tiempo de sorprenderme, te vi con tus piernitas estiradas, mas muerto que mis ánimos esa mañana. Me puse muy triste, puse la canción de Mundo Roto de Macaco y me puse a llorar, no quise verte mas ni enterrarte, ya no quería saber nada mas sobre tu muerte, porque ya no soportaba verte sin vida, y tampoco quería pensar en como fue que moriste en la oscuridad y soledad de la noche, sin nadie que estuviera a tu lado.
Te moriste, pero vives en mi recuerdos cariñosos sobre tus travesuras y aventuras a las que me acompañaste. Hiciste a mucha gente feliz con tu presencia, pero también nos dejaste muy tristes con tu partida, y tu sabes que especialmente a mi papá, que fue quien te saco de la tumba en la que ya estabas y se puso a hablar contigo antes de dejarte partir de nuevo, tuviste dos entierros, pero el segundo fue mas triste que el primero. Lo fui a consolar un poco allá donde estaba, lo abrace y lloramos juntos, sentí un dolor muy grande, y hoy te escribo para decirte que estuve muy triste porque ya no estabas, porque mis días fueron dolorosos después de ya no verte mas. Te quise mucho, me enoje con mis padres por no cuidarte como yo lo hubiera hecho o como yo hubiera querido que te cuidaran, pero era tu momento de partir.
Hoy entiendo que viniste a nuestras vidas para darnos lecciones de vida, para enseñarnos a sonreír, eras el centro de atención en muchos casos, desde entonces no hemos tenido otro perro en esta casa.
Hoy me hace feliz escribirte y decirte todo lo que no te dije y que no le había dicho a nadie de esta manera.
Siempre estarás en mi corazón como mi Yordita, mi perro y amigo. Nos encontraremos algún día para que me ayudes a cruzar el río. Hasta entonces. Adiós Yordita bebé, te dejo ir en paz, te suelto de mis entrañas y recuerdos dolorosos.
Pdta. Aun recuerdo con cariño como rompiste mi colchón. jajaja
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