martes, enero 02, 2018

Para Figarino!



Querido Figaroide:

Nunca fui fan de los gatos, y eso tu lo supiste cuando llegaste a esta casa, primero tus cacas por todos lados, y luego el lugar de donde venias y quien te había traído no eran para mi hechos muy gratos, osea mi hermano y la casa de su señora. Así que con el coraje que guardaba hacia eso que acabo de decir te demostraba mi desprecio y mi inconformidad de que estuvieras en la casa. Así que pasaron varios día o quizá semana para que te aceptara, y es que no soy rencoroso, siempre termino por aceptar con amor lo que no puedo cambiar. Aunque debo decirte que por mi mente pasó irte a dejar bien lejos para deshacerme de ti. Suena malvado, pero solo fue una idea. Pienso que no seria capaz de abandonarte en aquel entonces.
También no tenia gusto por los gatos debido a que a veces no me dejaban dormir cuando por las noches se paseaban por el techo de la casa, se peleaban o se apareaban escandalosamente.
A fin de cuentas te hiciste querer, te ganaste mi cariño y terminaste durmiendo en mi panza y termine dándote cariños aunque fueras un peludo que al principio detestaba.
Como olvidas esos días donde te pasabas las horas echado a media cocina o con la cabeza colgada cuando te dormías profundamente en la silla de paja, eras un holgazán de día y un cazador de noche.
Te recuerdo con cariño.
La primera vez que sufriste un atentado contra tu vida no estaba en la ciudad, estaba en la capital, pero ese día te salvaste, Jaque te llevó de inmediato al veterinario, mis papás no consideraban necesario llevarte, pues no te veían tan mal, pero yo estaba muy preocupado. Te salvaste.
No corriste con la misma suerte la segunda vez cuando por la mañana, igual que con Yordita, me despertaron un domingo con la noticia de que estabas igual que en tu primer atentado. Me alarme mucho y rápido te fui a buscar ayuda, era de mañana y en domingo no lograba encontrar veterinario.
Sentía tu dolor, tu sufrimiento y quería aliviarlo lo mas pronto posible, al final después de buscar opciones un joven veterinario de aspecto extraño nos atendió, te canalizo y te hidrato para que eliminaras el veneno, te llevé a casa, te cuide, te vi sufriendo y sufría contigo. Te llevé por segunda vez a que te revisaran y recuerdo que te inyectaron algo, pero a las 10 de la noche tu agonía llegó a su fin, te moriste dramáticamente, y ya no quise verte, convulsionabas y mi hermano lloró junto a ti cargándote y hablándote como para que no te murieras, pero aun así, y después de chillar dolorosamente, te quedaste quieto y descansaste en paz, no pude soportar verte. Vi el reloj y eran un poco mas de las diez. No pude ni llorar, me guarde el dolor mientras veía la TV, termine de cenar y me baje a llorar a mi cuarto, sin que nadie me viera. Me puse muy triste porque ya no estarías conmigo. Lloré dramáticamente con profundo dolor y recordé la muerte de Yordita y pensé que todo lo que yo quería se moría, pero fueron mis mascotas amadas, las disfrute y hoy las dejo partir.
Podría pensar que son solo unos animales, que podría tener otros, pero el cariño que me hicieron sentir y las alegrías que me compartieron no tan fácilmente las tengo de otra manera. Por eso sufrí su partida.
Hoy se que demasiado apego hacia ustedes o hacia cualquier cosa terminara por hacerme daño como ya lo he comprobado, por eso hoy les escribo, para que se vayan en paz, y yo me quede tranquilo de haberles dicho lo mucho que los quise y lo triste que me puse porque se fueron. A veces pensé que fuiste envenenado por mi mamá, porque antes de que te fueras eras muy travieso, pero ella no sufrió mucho con las dos partidas, quizá por eso pensé que fue ella, y estuve enojado a lo tonto un tiempo pensando que te hizo daño. Pero hubo otras muertes, así que por lógica no podría ser ella. Un día le pregunte que si te extrañaba, y sus ojos me dijeron que por supuesto, a su modo, y a mi modo, supe que ella no te hizo daño.

Peludo amigo, que te vaya bien donde quiera que estés, te quise mucho y te dejo ir en paz. Te recordaré con amor y sonriente. Hasta pronto Figarelo, Figaroide.

No hay comentarios.:

El ciclo

Haciendo un recuento de las veces que se ha repetido el ciclo, me doy cuenta de la eterna ruleta en la que podría continuar girando mi exist...