¿Que si soy raro? no se a que te refieras, pero no es que no pueda decirte lo que siento, mas bien me abruma pensar en la respuesta, no se para donde ir, para donde moverme, me pierdo, me encuentro, camino, me caigo.
Te miro y sonrio, te canto, te escribo, te lloro, no se a que se deba este efecto de enamoramiento repentino, ayer escribia para alguien mas, mañana escribire para otro extraño. Sera que soy un tonto con corazon vacio, con soledad inminente, con hambre de cuerpo, con hambre de aliento, con hambre de amor... amor nadamas.
Ya se que no te importa lo que diga, que tu tienes tu vida y tu habitual efimera felicidad, que no te importa la mia, que me quieres por dias, que me engañas con maestria, o soy tan ingenuo y ciego por tu amor. Tan niño, tan grande por tu amor, tan pequeño por tu indeferencia, tan tonto porque me enamore... porque me enamore de ti.
La felicidad es un estado completo de mentira amorosa, la vida misma es una mentira emocional, que rio, que lloro, que me rio de mis llantos, que mañana estare mejor, eso espero, ¿que te vas a ir? lo mismo me da, nunca has estado.
Me has llevado a la absurba y catartica borrachera, no sabes ni la mitad de lo que hago por ti.
Nunca me ha dolido un amor, porque nunca lo he tenido, siempre ha sido mi cuerpo fatal, mi deseo fugaz, se han servido un gran plato, me han hecho pedazos y me han vuelto a tragar.
Un amor un engaño, un pedazo que se me cae, se desborona mi alma y siento que se me va a terminar.
Y cuando ya no tenga alma, ojala que no me vuelva a enamorar, porque el amor es veneno, es enfermedad, y yo no me quiero curar. Dejame sin alma para que deje de quererte y no me duela mas. Sacame el corazon, lavame los ojos, y dejame cantar. Dejame llorar un rato que nada te voy a quitar, no me preguntes nada, a ti que te va a importar.
Para ti soy hombre, y nadamas.
¿Bunbury? Inyectamelo en las venas, solo por hoy.
Desde la plaza de armas de un lugar cualquiera,
te escribo una carta para que tú sepas
lo que ya sabías, aunque no lo dijeras.
Espero que llegue a tus manos y, que no la devuelvas.
Que pagues el rescate que abajo te indico.
Yo tampoco me explico, por qué no acudí antes a ti.
Pero nadie puede salvarme, nadie sabe lo que sabes,
y tampoco entregarían lo que vale mi rescate.
No hay dinero, ni castillos, ni avales, ni talonarios,
no hay en este mundo, -aunque parezca absurdo-,
ni en planetas por descubrir, lo que aquí te pido.
Y no te obligo a nada que no quieras.
Las fuerzas me fallan, mis piernas no responden;
te conocen, pero no llegan a ti.
Decidí por eso mismo, un mecanismo de defensa.
Y presa como está mi alma, con la calma suficiente,
ser más fuerte, y enfrentarme cuanto antes a la verdad,
sin dudar un segundo, lo asumo, sólo tú puedes pagar el rescate.
Devuélveme el amor que me arrebataste,
o entrégaselo, lo mismo me da, al abajo firmante;
pues no hay en este mundo, -aunque parezca absurdo-,
ni en planetas por descubrir, lo que aquí te pido.
Y no te obligo a nada que no quieras.
Las fuerzas me fallan, mis piernas no responden;
te conocen, pero no llegan a ti.