viernes, enero 12, 2018

El día del perdón que terminó con el mal!

Como una canción recurrente, repitiendo el estribillo en mi mente, así tenia esa idea dando vueltas en mi cabeza desde hace poco tiempo; aunque por cierto la idea previa a esta era un tanto diferente, y tenia que ver con la venganza, con la intención de exponer los crímenes de aquel hombre. También tenia que ver con el morbo y la búsqueda de otras victimas de aquellos años. Ambas ahora me parecen un tanto descabelladas; me sentía deseoso de liberar de alguna manera la energía contenida que había generado y contenido en mi ser desde aquellos dramáticos y conflictivos días de confusión existencial y de identidad.
Pero luego de pensarlo realmente poco, me vino una idea mucho mas sencilla, mucho mas liberadora, mucho mas intensa, mucho mas retadora de mi capacidad de cambiar de opinión. La idea que vino era simplemente "perdona para ser libre, perdona para soltar, perdona para avanzar", y vaya que esa idea es mucho mas directa y potente. Tan es así que aunque dude un poco, me vi rápidamente convencido por esa opción sanadora.
Después de pocos días de haber llegado esa idea a mi mente, una mañana me vestí casual para ir al centro de la ciudad, pero en ese momento la idea se hizo mas intensa y me guió directamente a la casa de aquel hombre, y por supuesto que estaba nervioso, pero no tenia miedo, tenia mucho valor y decisión, camine hacia el lugar y al llegar toque el timbre, salio la chica de la limpieza, me anuncie y enseguida salio él, me vio con cara de desconcierto, no sabia quien era yo, y mucho menos sabia porque estaba allí parado frente a él con mas de 80 kilos de peso, 33 años de edad, un chaleco azul y un gorro gris.
Sin mas rodeos le dije, buenos días, disculpa que te moleste, seré breve, te robare menos de 5 minutos, vengo a decirte que te perdono por lo que me hiciste cuando yo era un niño, estoy trabajándolo y liberándome de cargas innecesarias y una de ellas es esto, así que te perdono y estamos en paz. La expresión de su cara era similar a lo que supongo sucedería cuando un agujero negro te traga inesperadamente, su rostro decía, ¿que hice, que fue lo que ocasione?, empezó a voltear hacia el interior de su casa y bajo la voz, dijo que no se acordaba e inmediatamente le dije que yo si me acordaba y que me había causado muchas confusiones existenciales, que a partir de del inicio de la edad adulta mi vida comenzó a enredarse con ideas que no me dejaban tranquilo en mi caminar, y por eso estaba allí.
Me dijo perdóname, y es lo único que expresó que vale la pena mencionar, después con su evidente desconcierto y nerviosismo dirigió la conversación hacia la descripción de su vida actual y mis logros, era un hecho que nunca esperó que me presentara en su casa en las vísperas de año nuevo.
Casualmente hizo referencia a que ya había superado su problema, si me preguntas a que problema se refería, te diré que no me explicó y tampoco deseaba saber. Pero eso no se supera, lo que eres no se supera, pienso que se acepta y se vive. Pero eso ya no es mi asunto.

De ahora en adelante ya no voy bajar la mirada, ni tomar otro camino para evadirlo, de ahora en adelante voy a pasar de frente con los ojos muy en alto, sabiendo que no tengo nada de que apenarme, porque hasta el valor de perdonar y el coraje de ir a enfrentar el pasado y dejarlo todo claro me deja con la paz tan anhelada. Todo terminó. Viene lo bueno. Y aunque haya que dejar y seguir soltando viejos conflictos y rencores, siempre sera para seguir avanzando. Viviendo sin miedo y con valor de hacer lo que hay que hacer.

Gracias a Dios por este día y por todos los que vienen.

martes, enero 02, 2018

Para Figarino!



Querido Figaroide:

Nunca fui fan de los gatos, y eso tu lo supiste cuando llegaste a esta casa, primero tus cacas por todos lados, y luego el lugar de donde venias y quien te había traído no eran para mi hechos muy gratos, osea mi hermano y la casa de su señora. Así que con el coraje que guardaba hacia eso que acabo de decir te demostraba mi desprecio y mi inconformidad de que estuvieras en la casa. Así que pasaron varios día o quizá semana para que te aceptara, y es que no soy rencoroso, siempre termino por aceptar con amor lo que no puedo cambiar. Aunque debo decirte que por mi mente pasó irte a dejar bien lejos para deshacerme de ti. Suena malvado, pero solo fue una idea. Pienso que no seria capaz de abandonarte en aquel entonces.
También no tenia gusto por los gatos debido a que a veces no me dejaban dormir cuando por las noches se paseaban por el techo de la casa, se peleaban o se apareaban escandalosamente.
A fin de cuentas te hiciste querer, te ganaste mi cariño y terminaste durmiendo en mi panza y termine dándote cariños aunque fueras un peludo que al principio detestaba.
Como olvidas esos días donde te pasabas las horas echado a media cocina o con la cabeza colgada cuando te dormías profundamente en la silla de paja, eras un holgazán de día y un cazador de noche.
Te recuerdo con cariño.
La primera vez que sufriste un atentado contra tu vida no estaba en la ciudad, estaba en la capital, pero ese día te salvaste, Jaque te llevó de inmediato al veterinario, mis papás no consideraban necesario llevarte, pues no te veían tan mal, pero yo estaba muy preocupado. Te salvaste.
No corriste con la misma suerte la segunda vez cuando por la mañana, igual que con Yordita, me despertaron un domingo con la noticia de que estabas igual que en tu primer atentado. Me alarme mucho y rápido te fui a buscar ayuda, era de mañana y en domingo no lograba encontrar veterinario.
Sentía tu dolor, tu sufrimiento y quería aliviarlo lo mas pronto posible, al final después de buscar opciones un joven veterinario de aspecto extraño nos atendió, te canalizo y te hidrato para que eliminaras el veneno, te llevé a casa, te cuide, te vi sufriendo y sufría contigo. Te llevé por segunda vez a que te revisaran y recuerdo que te inyectaron algo, pero a las 10 de la noche tu agonía llegó a su fin, te moriste dramáticamente, y ya no quise verte, convulsionabas y mi hermano lloró junto a ti cargándote y hablándote como para que no te murieras, pero aun así, y después de chillar dolorosamente, te quedaste quieto y descansaste en paz, no pude soportar verte. Vi el reloj y eran un poco mas de las diez. No pude ni llorar, me guarde el dolor mientras veía la TV, termine de cenar y me baje a llorar a mi cuarto, sin que nadie me viera. Me puse muy triste porque ya no estarías conmigo. Lloré dramáticamente con profundo dolor y recordé la muerte de Yordita y pensé que todo lo que yo quería se moría, pero fueron mis mascotas amadas, las disfrute y hoy las dejo partir.
Podría pensar que son solo unos animales, que podría tener otros, pero el cariño que me hicieron sentir y las alegrías que me compartieron no tan fácilmente las tengo de otra manera. Por eso sufrí su partida.
Hoy se que demasiado apego hacia ustedes o hacia cualquier cosa terminara por hacerme daño como ya lo he comprobado, por eso hoy les escribo, para que se vayan en paz, y yo me quede tranquilo de haberles dicho lo mucho que los quise y lo triste que me puse porque se fueron. A veces pensé que fuiste envenenado por mi mamá, porque antes de que te fueras eras muy travieso, pero ella no sufrió mucho con las dos partidas, quizá por eso pensé que fue ella, y estuve enojado a lo tonto un tiempo pensando que te hizo daño. Pero hubo otras muertes, así que por lógica no podría ser ella. Un día le pregunte que si te extrañaba, y sus ojos me dijeron que por supuesto, a su modo, y a mi modo, supe que ella no te hizo daño.

Peludo amigo, que te vaya bien donde quiera que estés, te quise mucho y te dejo ir en paz. Te recordaré con amor y sonriente. Hasta pronto Figarelo, Figaroide.

Carta de despedida para Yordita!


Lo que no te dije pequeño amigo.

Querido Yordita, cuando me ofrecieron tenerte no estaba seguro de poder vivir contigo, porque no estaba en mi casa y porque todos los perros que venían a casa no terminaban muy bien, ademas de que pensaba siempre en que no te fueran a querer mucho, así que aun con mis dudas decidí que era momento de tenerte. Fui por ti a la casa de Alejandro, pague el precio que no era muy alto y te tuve en el departamento unos días, seguro te acordaras, todos te querían, porque fuiste hermoso desde pequeño.
Te compre tu cajita de huevo y te hice tu casita con puerta y todo, ademas te puse tus trapitos para que durmieras calientito, y te adaptaste muy bien. Por la mañana te abría la puerta que arañabas con tus manitas de cachorro y te subía a la cama para que siguieras durmiendo, pero ahora conmigo. Fueron bellos momentos que disfrute mucho, ya sentía que te quería, que te amaba como mi pequeño Yordita.
Luego te traje a casa, y todos te quisieron también, porque eras un cachorro juguetón, blanco y con una mancha en el ojo. El que rápido se encariño contigo fue mi papá, te consentía demasiado, te quería con ese amor paternal que no mostraba con facilidad y sencillez.
Me acompañaste en varias aventuras y tu compañía siempre fue agradable, realmente te he extrañado, pero se que estas paseando traviesamente entre las nubes del cielo de perros, porque debe haber uno.
Una noche antes de que te fueras te vi echado muy tranquilo, a diferencia de otros días cuando te hablaba y me despedías dándome las buenas noches tocando tu nariz con la mía. Ambos sabíamos que era la hora de dormir. Pero esa noche te dormiste para ya no despertar, realmente no se que te sucedió, que te paso para que te fueras así. Sin aviso previo me hablaron y me dijeron que estabas muerto, mi madre y mi hermano con cara de desconcierto me dieron la noticia para empezar el día, no me dio tiempo de sorprenderme, te vi con tus piernitas estiradas, mas muerto que mis ánimos esa mañana. Me puse muy triste, puse la canción de Mundo Roto de Macaco y me puse a llorar, no quise verte mas ni enterrarte, ya no quería saber nada mas sobre tu muerte, porque ya no soportaba verte sin vida, y tampoco quería pensar en como fue que moriste en la oscuridad y soledad de la noche, sin nadie que estuviera a tu lado.
Te moriste, pero vives en mi recuerdos cariñosos sobre tus travesuras y aventuras a las que me acompañaste. Hiciste a mucha gente feliz con tu presencia, pero también nos dejaste muy tristes con tu partida, y tu sabes que especialmente a mi papá, que fue quien te saco de la tumba en la que ya estabas y se puso a hablar contigo antes de dejarte partir de nuevo, tuviste dos entierros, pero el segundo fue mas triste que el primero. Lo fui a consolar un poco allá donde estaba, lo abrace y lloramos juntos, sentí un dolor muy grande, y hoy te escribo para decirte que estuve muy triste porque ya no estabas, porque mis días fueron dolorosos después de ya no verte mas. Te quise mucho, me enoje con mis padres por no cuidarte como yo lo hubiera hecho o como yo hubiera querido que te cuidaran, pero era tu momento de partir.
Hoy entiendo que viniste a nuestras vidas para darnos lecciones de vida, para enseñarnos a sonreír, eras el centro de atención en muchos casos, desde entonces no hemos tenido otro perro en esta casa.
Hoy me hace feliz escribirte y decirte todo lo que no te dije y que no le había dicho a nadie de esta manera.
Siempre estarás en mi corazón como mi Yordita, mi perro y amigo. Nos encontraremos algún día para que me ayudes a cruzar el río. Hasta entonces. Adiós Yordita bebé, te dejo ir en paz, te suelto de mis entrañas y recuerdos dolorosos.

Pdta. Aun recuerdo con cariño como rompiste mi colchón. jajaja



El ciclo

Haciendo un recuento de las veces que se ha repetido el ciclo, me doy cuenta de la eterna ruleta en la que podría continuar girando mi exist...