miércoles, junio 07, 2017

Casi conocí a Michi Panero, como Nacho.

Y unos me llaman chaval y otros me dicen caballero, alguno no se ha querido pronunciar.
Y una vez tuve un amor, pero si he de ser sincero dije no en el altar y cuando digo no, es no.
Fracasé una vez, fracasé diez mil y aun así alzo mi copa hacia el cielo.

He releido lo que escribí hace algunos años.
Me he puesto a pensar en lo grande que soy,
en el camino recorrido y todos esos peldaños,
pienso en los dias venideros y lo feliz que estoy.

Me han perseguido las tragedias,
aunque habria otras mil cosas por las que llorar.
La sangre sigue circulando por mis arterias,
estoy vivo, brillante, camino lento y me gusta volar.

Los amigos y los hermanos, el agua y la luz
Mis guias espirituales, mis maestros de vida
Ellos ya son grandes, ha vivido, han cargado su cruz.
Le doy mis manos al universo, veo lejos mi partida.

La invasión masiva de ideas, de emociones alternas
a la par del gozo, con el miedo de volver
volver a las garras de las llorosas cadenas
volver a las noches de insomnio y vano placer.

Me voy de nueva cuenta.
Aprendí a vivir conmigo.
Aprendi a bailar conmigo.
Aprendi a brillar conmigo.
Aprendi a dejarme guiar por ti.
Universo. Poder cosmico. La gran luz.

¿Sabeis como es el final?
Es como desparramarse.

El ciclo

Haciendo un recuento de las veces que se ha repetido el ciclo, me doy cuenta de la eterna ruleta en la que podría continuar girando mi exist...