Cuando me voy un poco lejos de donde siempre he estado, los aires, las sombras, las mareas y hasta el humo de algunos tabacos pueden hacerme creer que soy algun otro personaje, que ya me gusta lo que no y que ahora odio lo que amaba, hasta he llegado a pensar que el pasado es solo eso, cosas vulgares ahi dejadas...
...pero no, cuando menos lo espero, los balazos sobre mi cabeza, los gritos de horror en mis oidos, y las escandalosas humedades en mis ojos, las manos frías y el cabello erizado por el miedo de regresar a lo mismo, que aunque no fue tan terrible, cualquiera podría temerle, y aunque sea que soy mas audaz que hace un par de años, siento como si nada estuviera cambiando ahi dentro, justo donde los dolores me dan de modo lacerante y que en un dos por tres carcomen lo poco sano que me queda.
Cosas como las de hoy me hacen pensar que cuando me creo el otro que no soy, o por lo menos no me acuerdo que llevo dentro, los azotones, tal como si me jalaran por la espalda y me tiraran hasta el pavimento, son los indicados para enjaularme en una esfera azul, donde giran mis emociones y se hacen un licuado que no puedo digerir facilmente. Me recuerdan lo vulnerable que soy cuando de querer se trata. Tan Romantico, tan pendejo.