lunes, noviembre 13, 2017

Bajo la lluvia!

Ayer por la tarde, aun con las nubes grises que amenazaban toda la ciudad, tomé la bici y me fui hacia mi recorrido habitual. Regularmente llego solo hasta antes de una gran curva, ahí me detengo, bajo de la bici, me estiro un poco y observo los autos, los otros ciclistas y las personas pasar, jóvenes y adultos. Pero eso es regularmente, esta vez decidí ir un poco mas allá, motivado por el verde de los pastos y lo frondoso de los arboles, quizá también por la profunda esperanza y sensación de que no iba solo, me sentía acompañado.
Llegue mas allá de la curva, justo donde hay un puente, bajé de la bici, eche un vistazo al caudal que pasa debajo y noté que se veía café, revuelta como decimos por acá, simplemente pensé que era por la temporada y continué con lo que hacia, y era precisamente dejar la bici bien estacionada junto al puente. Con un poco de temor decidí emprender un ligera carrera de trote, sin meta fija, solo hasta que sintiera que ya era hora de parar.
Empece y termine muy ligero, unos 400 metros quizá de trote y me devolví hacia donde la bici, pensando seriamente que quizá ya no la encontraría, pero ahí estaba, justo como la dejé. La tomé y subí de regresó la gran curva, lento por la orilla. Al llegar a la cima me monté, me puse los audífonos y empece a descender, justo en ese momento empezó a caer la lluvia, unas gotas tupidas y frías que venían de esas nubes grises que vi al salir de casa; sin embargo comencé a reír con soltura y fuerza, enseguida vinieron las lagrimas, empecé a llorar de emoción, me invadió una profunda felicidad de vivir, y las lagrimas dejaron fluir muchas emociones de tristeza reprimidas, que al salir dejaban espacio para las bonitas emociones del resto del día y los venideros.
Supe que no era casualidad, supe porque no me sentí solo al cruzar el túnel de arboles de chaca, eras tu, eras mi Dios todopoderoso manifestándose, enjuagando mi tristeza, mi angustia, mis días de sufridos despertares en la madrugada. Ahí montado y en medio del llanto te venia agradeciendo tu presencia y el que nunca me soltaras de la mano, aun cuando se que yo me he desviado de tu sendero en muchas ocasiones, sin escuchar tus avisos. Ayer no me sentí solo, hoy no me siento solo, se que estas conmigo y me llena de esperanza. Te pedí salud y se que me la darás, confió en ti, quedo en tus manos, me encomiendo a ti, me has puesto a gente buena en mi camino y se que eres tu, gracias y concédeme serenidad, paz y salud, sabré aprovecharla.

No hay comentarios.:

El ciclo

Haciendo un recuento de las veces que se ha repetido el ciclo, me doy cuenta de la eterna ruleta en la que podría continuar girando mi exist...